
Artur Suqué Puig, nacido el 6 de agosto de 1930 en Barcelona, fue una figura destacada en el panorama empresarial y cultural de Cataluña. A lo largo de su vida, consolidó un conglomerado empresarial diversificado y dejó una huella indeleble en el ámbito cultural, especialmente a través del Festival Internacional de Música Castell de Peralada. Su fallecimiento el 30 de abril de 2021 marcó el fin de una era, pero su herencia, tanto material como simbólica, perdura en las múltiples iniciativas que promovió y en las instituciones que ayudó a fortalecer.
Trayectoria empresarial y consolidación del Grup Peralada
La carrera de Artur Suqué se caracterizó por una visión estratégica y una capacidad innata para identificar oportunidades de negocio. Tras contraer matrimonio en 1957 con Carmen Mateu Quintana, hija de Miguel Mateu Pla, propietario del Castillo de Peralada, Suqué se integró en las actividades empresariales de la familia. Juntos, transformaron el legado familiar en un holding diversificado conocido como Grup Peralada.
Bajo la dirección de Suqué, el grupo expandió sus operaciones en diversos sectores. En el ámbito del ocio y el entretenimiento, obtuvo licencias para operar casinos en Cataluña, incluyendo el Casino de Barcelona, el Casino Peralada y el Casino Tarragona. Esta expansión no se limitó al territorio español, ya que el grupo también estableció presencia en Argentina y Uruguay.
Además del sector del juego, el Grup Peralada incursionó en la industria vitivinícola con las Bodegas Castillo de Perelada, reconocidas por la producción de vinos y cavas de alta calidad. El grupo también diversificó en áreas como la alimentación, la distribución y la industria automotriz, destacando la gestión de la histórica marca Hispano Suiza.
La gestión de Suqué se caracterizó por un enfoque perfeccionista y un alto sentido de la responsabilidad, cualidades que le permitieron consolidar el Grup Peralada como un referente en el tejido empresarial catalán. En 2015, decidió ceder la gestión del holding a sus hijos, Isabel, Javier y Miguel Suqué Mateu, asegurando así la continuidad del legado familiar.
Artur Suqué: Un legado de valor incalculable
La herencia que dejó Artur Suqué no solo fue cuantiosa en términos económicos, sino singular por su composición y orientación. El Grup Peralada, bajo su impulso, se convirtió en un conglomerado con activos en sectores estratégicos como el ocio, la cultura, el vino y la automoción, con presencia internacional. Aunque no se ha hecho pública una valoración exacta de su patrimonio al momento del fallecimiento, diversas estimaciones sitúan el volumen económico del grupo en cientos de millones de euros.
A esta dimensión económica se suma la singularidad de su legado: no se trata únicamente de un conjunto de empresas con beneficios, sino de un ecosistema empresarial que integra tradición, cultura, innovación y desarrollo territorial. La combinación de negocios vinculados al entretenimiento, al patrimonio histórico y a la excelencia en productos como el vino o los automóviles de alta gama hacen de la herencia de Suqué un caso excepcional dentro del panorama catalán.
Además, la cuidadosa sucesión planificada en vida —delegando el liderazgo en sus hijos— ha permitido que este legado continúe creciendo con una visión alineada a sus valores. La Fundación Castell de Peralada, junto con las actividades culturales del festival y las bodegas, son hoy ejemplos vivos de una herencia que sigue generando impacto social, económico y artístico.
Contribuciones culturales y el Festival Castell de Peralada
Más allá de sus logros empresariales, Artur Suqué y su esposa, Carmen Mateu, compartían una profunda pasión por la cultura y las artes. Esta afinidad los llevó a fundar en 1987 el Festival Internacional de Música Castell de Peralada, celebrado anualmente en los jardines del castillo homónimo. El festival se ha consolidado como un evento de referencia en el panorama cultural europeo, acogiendo a artistas de renombre como Montserrat Caballé, Josep Carreras y Rudolf Nuréyev.
El compromiso de Suqué con la cultura también se reflejó en su participación en diversas instituciones. Fue cofundador y presidente del Círculo de Economía entre 1969 y 1972, presidente del Puerto de Barcelona y miembro de la junta del FC Barcelona. Además, ocupó cargos como consejero en “La Caixa” y en el Banco de España, contribuyendo significativamente al desarrollo económico y social de la región.
El legado de Artur Suqué Puig trasciende sus logros empresariales; su visión integradora del negocio y la cultura ha dejado una impronta duradera en Cataluña. Las instituciones y proyectos que impulsó continúan enriqueciendo el tejido empresarial y cultural de la región, testimoniando la relevancia de su contribución al progreso y bienestar de la sociedad catalana.

Equipo de profesionales de la Notaría Bosch de Barcelona.
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