En el ámbito jurídico, las figuras del poderdante y el apoderado son esenciales en la formalización de un poder notarial y en la ejecución de actos en nombre de otra persona. A continuación, se explicarán en detalle quiénes son, cuáles son sus responsabilidades y qué tipo de relación legal los vincula.

¿Qué es un Poderdante?

El poderdante es la persona que otorga un poder a otra para que actúe en su nombre en determinados actos o gestiones. Este poder puede ser general, permitiendo al apoderado realizar una amplia gama de actividades, o especial, restringido a acciones específicas como la compra o venta de un inmueble. Es importante que el poderdante entienda plenamente las implicaciones del poder que otorga, ya que confía a su apoderado una gran responsabilidad.

¿Qué es un Apoderado?

El apoderado, por su parte, es quien recibe el poder de representar legalmente al poderdante. Sus facultades están definidas en el documento notarial y puede actuar en nombre del poderdante en los límites de ese poder. El apoderado tiene la obligación de actuar en beneficio del poderdante y respetar sus instrucciones, siendo fundamental que exista una relación de confianza entre ambas partes.

Tipos de Poderes Notariales

Existen diversos tipos de poderes notariales, adaptados a las necesidades específicas del poderdante:

  • Poder General: Otorga al apoderado facultades amplias para actuar en casi cualquier ámbito, desde la gestión de bienes hasta la representación en juicios.
  • Poder Especial: Limita las facultades del apoderado a actos específicos, como la venta de una propiedad o la gestión de cuentas bancarias.
  • Poder Preventivo: Se otorga para que el apoderado actúe en caso de que el poderdante pierda su capacidad de tomar decisiones, por ejemplo, debido a una enfermedad.

Relación legal entre ambas figuras

La relación entre poderdante y apoderado está basada en la confianza y en un contrato de mandato, formalizado generalmente a través de un poder notarial. Esta relación implica que el apoderado debe actuar con diligencia, transparencia y en beneficio del poderdante. Cualquier incumplimiento de estas obligaciones puede llevar a la revocación del poder y a responsabilidades legales para el apoderado.

Conflictos entre Poderdante y Apoderado

Aunque la mayoría de las relaciones entre poderdante y apoderado funcionan sin problemas, pueden surgir conflictos. Estos suelen deberse a malentendidos sobre las facultades otorgadas o a actuaciones del apoderado que el poderdante considera incorrectas. En caso de conflicto, es recomendable buscar una solución amistosa, aunque si no es posible, el poderdante puede revocar el poder o incluso emprender acciones legales.

El poderdante tiene el derecho de revocar el poder en cualquier momento, siempre y cuando lo haga de acuerdo con los términos establecidos en el documento notarial. Esta revocación debe ser notificada al apoderado y, en algunos casos, a terceros implicados. Es aconsejable que la revocación se haga también de forma notarial para evitar posibles disputas.

Entender las 2 figuras es crucial para quienes desean delegar tareas o representaciones legales a terceros. La relación entre ambas partes debe estar claramente definida y basada en la confianza y la transparencia. Si tienes dudas sobre cómo establecer un poder notarial o sobre la relación entre poderdante y apoderado, no dudes en solicitar una cita en nuestra notaría, donde te asesoraremos de manera personalizada.